Categoría: Aprendiendo sobre vinos
Actualizado al: 13/12/2024
Desde los secos hasta los dulces tardíos, los vinos abarcan una amplia gama de sabores. Aprende las diferencias y elige el que mejor se adapte a tus gustos.
El sabor de un vino depende del nivel de azúcar residual presente tras la fermentación. Aquí los principales tipos:
Vinos secos
Los vinos secos contienen poca o ninguna azúcar.
Se considera que un vino es seco, cuando en su fermentación, los azúcares presentes en el mosto de las uvas se convierten en alcohol generando, además, dióxido de carbono.
Sauvignon Blanc o Cabernet Sauvignon, son considerados vinos secos. Su carácter austero los hace favoritos para acompañar comidas saladas o con alto contenido graso.
Vinos semisecos y abocados
Con un leve toque de dulzura, estos vinos ofrecen un equilibrio entre seco y dulce.
Un vino considerado semiseco o abocado tiene un sabor dulce, pero no es tan afrutado como un vino dulce. Un ejemplo son algunos vinos rosados o blancos jóvenes. Son excelentes con platos agridulces o especiados.
Vinos dulces y naturales
Incluyen vinos como el Moscato o el Sauternes, caracterizados por su alta concentración de azúcar. Perfectos para postres o como digestivos.
Son aquellos cuya fermentación se ha detenido con la adición de alcohol vínico, dejando así una cantidad de azúcar residual. Su grado alcohólico combina una parte de alcohol añadido con otra de alcohol adquirido durante la fermentación.
Elegir un vino según su sabor garantiza una experiencia armoniosa entre bebida y comida. Experimenta con los distintos tipos para encontrar tu favorito.
